Los bloques son mucho más que simples juguetes; juegan un papel crucial en el desarrollo integral de l@s niñ@s durante sus primeros tres años de vida. A medida que exploran y juegan con estos materiales, l@s niñ@s adquieren habilidades esenciales en diversas áreas de su desarrollo.
Desarrollo físico
El juego con bloques contribuye al desarrollo de la motricidad fina al mejorar la coordinación mano-ojo y la destreza manual mediante actividades como apilar, encajar y construir. Al levantar y mover bloques, l@s niñ@s también fortalecen su motricidad gruesa, lo que favorece su fuerza y coordinación corporal.
Desarrollo sensorial
Manipular bloques de diferentes colores, formas y texturas enriquece la percepción visual, auditiva y táctil. A través de esta interacción, aprenden a reconocer y diferenciar diversos estímulos, lo que fortalece sus habilidades sensoriales.
Desarrollo cognitivo
El juego con bloques introduce a l@s niñ@s a conceptos fundamentales como tamaño, forma, asociación, conteo e identificación de patrones. Al intentar encajar diferentes piezas, comprenden las relaciones de causa y efecto, lo que fomenta su creatividad y estimula sus habilidades de pensamiento crítico.
Desarrollo del lenguaje
El juego con bloques también estimula el desarrollo del lenguaje y la comunicación. Al verbalizar sus acciones y pensamientos durante el juego, l@s niñ@s expanden su vocabulario y mejoran sus habilidades comunicativas. Además, el juego con bloques facilita el aprendizaje de formas y colores, contribuyendo a un mayor enriquecimiento del lenguaje y la comprensión del mundo que les rodea.
Desarrollo social y emocional
Jugar con bloques en un entorno colaborativo enseña a l@s niñ@s a compartir, turnarse y trabajar en equipo. Además, lograr construir estructuras con éxito les proporciona una sensación de logro que refuerza su autoestima y autoconfianza. Al mismo tiempo, les ayuda a manejar la frustración cuando las construcciones no salen como esperan, lo que les enseña a perseverar y regular sus emociones, contribuyendo positivamente a su desarrollo emocional.
Etapas del juego con bloques:
El desarrollo infantil a través del juego con bloques se despliega en varias etapas durante los primeros tres años de vida:
- De 0 a 6 meses: L@s bebés exploran los bloques con sus manos y boca, lo que les permite descubrir texturas y sonidos, mientras desarrollan el agarre palmar, fundamental para la coordinación mano-ojo.
- De 7 a 12 meses: A esta edad, la coordinación mano-ojo mejora, y l@s bebés comienzan a apilar uno o dos bloques, observando con mayor atención las texturas, colores y formas.
- De 12 a 18 meses: L@s niñ@s empiezan a construir torres simples de tres o cuatro bloques, y aunque de forma inconsistente, ya reconocen y nombran algunos colores y formas básicas. También disfrutan derribando estructuras, lo que les ayuda a comprender el concepto de causa y efecto.
- De 19 a 24 meses: En esta etapa, l@s niñ@s pueden apilar hasta seis bloques o más, comenzando a construir estructuras más variadas. El juego simbólico surge cuando los bloques empiezan a representar otros objetos y l@s niñ@s comienzan a agruparlos por tamaño, forma o color.
- De 25 a 30 meses: L@s niñ@s son capaces de crear estructuras más complejas, como puentes y casas sencillas. Su coordinación y control motor continúan desarrollándose, lo que les permite crear patrones simples y comprender conceptos espaciales como “dentro”, “fuera”, “arriba” y “abajo”.
- De 31 a 36 meses: El juego se vuelve más imaginativo y simbólico. L@s niñ@s crean escenarios completos, colaboran con sus pares en construcciones y comienzan a narrar historias utilizando los bloques como parte de su juego de simulación.
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